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miércoles, 17 de marzo de 2021

Decoración proletaria

El sentido trágico de la vida española 

sólo puede darse con una estética 

sistemáticamente deformada 

-  Luces de Bohemia


España es muy diferente, 

tremendamente diferente.

España es el único país del mundo

en que un instrumento de tortura inquisitorial 

podría exhibirse en un museo, 

y algún espectador lamentaría 

que hubiera dejado de usarse. 


En España se siguen quemando brujas

todos los días. Solo que el fuego 

se ha transformado en palabras, 

la pira es un telediario, 

o el perfil de una red social, 

y las condenadas en cuestión

podemos ser tú, yo, cualquiera. 

Antes o después, 

todos arderemos en el tribunal de la opinión pública.

Juicio Final actualizado. 


España solo se refleja convenientemente 

en un espejo cóncavo de un callejón 

de cuyo nombre no quiero acordarme. 


España está  en el culo de la botella. 

En la última gota  del tinto de Hacendado.


España se arrodilla ante todo el que la doblega

y encima, le da las gracias por haberlo hecho. 


La esencia española, su barbarie, su sinsentido, 

su invariable prosaísmo tragicómico, 

residen en un arado antiguo, 

como del siglo pasado, 

que unos burgueses exhiben en el jardín de su mansión. 

El instrumento de la opresión obrera queda así reducido

a una maceta más. Es otro árbol, otro simpático 

gnomo de cerámica, un inofensivo elemento decorativo.

Que desprende, sin embargo, para los que oyen y huelen, 

un pestilente olor a hipocresía, 

y un grito de espanto que recorre siglos y milenios. 


Pero la señora de la casa, esa misma tarde, 

asistirá como todas las demás 

a la sucesión de telenovelas vespertinas

que imposibilitan en ella toda crítica de esta clase. 

La familia intercambiará, feliz, conversaciones banales,

a la hora de comer, sobre el hule pulido, 

con el eco anodino de las voces televisivas de fondo,

para que no se sientan culpables, ni solos, 

sino una familia como todas las demás. 


Una observadora sagaz sabe, sin embargo, 

que ese espacio, ese entorno, esa gente, 

rezuma privilegio y mediocridad. 

Pero no lo dice, reprime ese impulso, 

guarda todo el silencio del que se sabe capaz. 

¿Para qué turbar esa relativa paz hogareña? 


Teatro de enanos que juegan 

en sus pequeñas tragedias.

Dramas clásicos de toda la vida. 

Nadie percibe la incongruencia, 

la esencial contradicción, 

que se desprende del arado 

sobre el jardín versallesco, 

como si de una Venus se tratara. 


Una observadora tímida

siente la sangre, roja, latir en sus venas. 

Así que apalea el arado

hasta hacerlo astillas. 




lunes, 15 de marzo de 2021

A ras de suelo

 "Mala hierba nunca muere" dicho popular español


Hoy he conocido 

después de mucho tiempo 

el quehacer afanoso de la colonia de hormigas

privada de su alimento. 


Solo tenía que bajar la mirada

sacar los pájaros de mi cabeza 

dejar las nubes por el suelo 

escuchar el rabioso zumbido de la abeja. 


Era tan sencillo 

Era tan obvio 

que me da risa de pensarlo. 


El primitivo aroma de la tierra 

sensual, materno, intenso. 

La música del viento entre las hojas secas. 

Los equilibrismos de la oruga. 

 portentosa trapecista 

Las protestas de la araña

—habilidosa tejedora en paro —.


Tierra húmeda y fértil. 

Y tierra seca, alejada de la vida. 

Hojas verdes, rebosantes de savia. 

De sabiduría. 

Hojas de hierba


No podemos exigir el respeto a la naturaleza,

porque ella solo se respeta a sí misma, 

a su propia ley de supervivencia. 


¿Es cruel que un insecto devore a otro?

¿Que una camada muera por falta de alimento?

¿Que las malas hierbas consuman a un árbol centenario,

bebiendo toda su energía?

La naturaleza no se lo plantea

La naturaleza solo sobrevive


Nace, crece, se reproduce, muere 

Y vuelta a empezar


Esto lo descubrí a la sombra de un ciprés

Una mañana cualquiera de un día cualquiera

En que las abejas zumbaban, las lombrices 

serpenteaban, los caracoles se desperezaban, 

las hormigas cavaban, y la mala hierba crecía. 


Porque la hierba no es buena, ni mala. 

Y nunca dejará de crecer 

por más que nosotros nos empeñemos 

en exterminarla. 





domingo, 7 de marzo de 2021

Quebranto en cuatro episodios con sus estásimos

 FRONTERA I 

El mar, más antiguo que el mundo

Un enorme cúmulo de ilusiones sin cumplir

Deseos profanados a expuertas 

Una norma en bloque que nunca debió imponerse


La sal cura las heridas

La sal, y el cocido caliente

Un hogar nunca encontrado, nunca perdido, nunca escrito

La tierra cayendo desde el cielo 

y el sabor a gránulos en la boca

¿Gránulos, de qué?


Desolación absoluta. Tierra quemada 

regada por tierra aún más ardiente. 

Los entresijos del deseo ya no me importan 

Me lanzo al abismo del ciprés. 


Cripta de laberintos 

¿Dónde estás? ¿Dónde estoy? 

¿Dónde estamos?

He olvidado todos los nombres 

El mundo recién nacido es un llanto lleno de posibilidades

y yo solo existo en el grafito 


FRONTERA II 

Si no existen los límites, 

este aforismo no tiene ningún sentido. 


FRAGMENTO I 

Huida desde un espejo quebrado hacia ninguna parte. 

A veces es cóncavo, a veces es convexo. 

En el alma es inútil la goma de borrar. 

Borramos para olvidar, olvidamos que borramos, borramos de nuevo. 

Esto es una sinfonía en cuatro y solo cuatro piezas incompletas 

Si rasgas más su salas, el vidrio se hará seda, y luego esparto. 

Quedó una única flor a medio hacer.


FRAGMENTO II 

La lágrima que cayó sobre la arena 

provocó una reacción químico-metafísica. 

La arena adquirió conciencia y siguió llorando, 

y lloró tanto, que lloró un mar. 

El mar. 


FRONTERA III 

Deme usted un manuscrito 

que yo le traeré un universo. 

Aunque no pueda, aunque no sepa, 

aunque no recuerde cómo hacerlo. 

Génesis de amor a partir de las yemas de unos dedos. 

¿Sabría usted reconstruir?


Pasos sobre deconstrucción a la deriva. 

No confíes en ellos. Si lo haces, es cuando desaparecen. 

Naturaleza muerta del espejismo de una bola de cristal. 

¿Qué es? ¿Qué soy?


Un borrón de recuerdos. 


FRAGMENTO III 

Tristesse. Tristesse. Tristesse. 

No puedo tragar sin un poco de miel en los labios. 

Jeunesse. Jeunesse. Jeunesse. 

La realidad son reflejos que se repiten de un puente en ruinas. 

¿Supe algo alguna vez?


FRONTERA IV 

Vida cuadrilátera. Naranja cúbica. 

La respuesta a todo es la naranja.

Solo la naranja soluciona el problema. 

La x de esta ecuación que nadie ha imaginado 

todavía es la naranja. 

Si usted olvida algo alguna vez, 

piense en la naranja. 

La cuarta frontera existe, en tanto 

que existe la naranja. 

Vida por para sin según sobre tras la naranja. 

Una naranja entera. 


FRAGMENTO IV 

El fragmento IV se ha perdido. Hágalo usted mismo. 

Recuerde que la poesía es un arma cargada de futuro.