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viernes, 10 de diciembre de 2021

Astronomía básica: historia en tres actos inspirada por una canción popular

PRIMER ACTO 

Cuando nací, me dijeron 
que yo era Catalina, como la luna 
y que orbitaría para siempre en torno a algún Lorenzo. 

La luna es frágil, la luna es tierna. 
Solo refleja la luz del sol. 
Es un mero receptáculo, 
un espejo de gloria ajena. 
Y esa es su función 
en el pequeño universo de algunas personas. 

Durante años, ejecuté a la perfección 
mi papel de reflejo solar. 
¿Cómo no iba a hacerlo? 
Así ha sido desde que me trajo al mundo
una ninfa inalcanzable de melena dorada
y me puso a orbitar a su alrededor. 

Pálido reflejo de luz impropia. 
Eso soy, eso he sido. 
Eso fui. 

                        *** 

SEGUNDO ACTO 

Tuve un sol, un Lorenzo. 
Mi sol. 
Eso creía yo. 

Nadie puede enjaular 
a los soles. 
Audicioné para ser 
su Catalina. 
No me concedieron el papel
Yo le seguí orbitando, 
porque era el único centro de gravedad
que había conocido. 

Pero todos los soles se apagan. 
Las estrellas no son eternas. 
Algunas son fugaces, 
otras milenarias. 
Siempre se extinguen al final. 
Y un agujero negro 
apareció en el lugar 
de mi Lorenzo. 

Los soles se adoran a sí mismos. 
Existen por eso, esa es su razón de ser.
Su onanismo existe para inspirar 
al resto de cuerpos celestes que los orbitan. 
Los soles no sienten. Solo son soles. 

                         ***

TERCER ACTO 

Catalina tiene un nombre aprendido, 
una órbita pequeña, y aburrida. 
Catalina no quiere ser Catalina. 
La luna no quiere ser luna. 
Yo no soy 
quien me enseñaron a ser. 

Luna Catalina se despoja de su traje 
de seda plateada. Es tremendamente vulgar, 
de todas formas. Como una bola de discoteca
con cráteres. Y se contempla. 

Desnuda. Completa. Oscura. 
Múltiple. 

Nunca fue Luna. 
Nunca se ha llamado Catalina. 
Ahora lo ve. 

Recuerda a las ninfas
con las que se crió. 
Y ahora, se ríe.

Porque las ninfas tenían el sol en el cabello
pero ella, involuntariamente disfrazada
durante tanto tiempo, 
alberga en su interior una galaxia entera. 












miércoles, 1 de septiembre de 2021

Home, interrupted (reboot de la película de 1999)

 Bienvenidos a su casa de ensueño,

donde se nos ha detenido el tiempo

a las seis y veintisiete (nunca sabremos 

si de la tarde o de la mañana). 


Aquí no hay trapos sucios

porque no los enseñamos. 

Esta es su casa de ensueño 

y así se la vendemos. 

Aquí vivimos 

en instantáneas y vídeos. 

No rigen las leyes físicas 

del espacio y del tiempo. 

Usted contemplará 

flamantes gemelos bronceados 

rebozarse en la piscina. 

Aquí siempre hace sol, 

aquí solamente hay risas. 


Nadie graba 

los cuartos abarrotados, 

polvorientos, porque no cuadran

con la imagen del programa. 

No van con nuestra filosofía. 

Necesitan una capa de esmalte. 

Brillante y rojo. 


El monstruo que gruñe

en las entrañas del tiempo. 

Ese monstruo

tiene hambre. 

Está escondido, y está solo.

Detesta los focos, 

y los relojes sin pilas. 


Tiene la piel blanca 

llena de grietas, 

y los ojos negros 

llenos de dolor. 


¿Quién será el que libere al monstruo 

de ese hogar interrumpido? 


Volveremos después de la publicidad. 








jueves, 27 de mayo de 2021

Ruptura

Rotura. Pedazos de mí, flotando 

en el espacio sideral. 

Jamás degusté lágrimas tan amargas.

Fuiste el sol de un agujero negro

que había olvidado que fue supernova. 


Retales en sepia, y a todo color.

No sé cuáles son los verdaderos. 

Encontrar la verdad entre tanto dolor

es mi décimo tercero trabajo. 

Una aguja inmaterial 

en un pajar de sueños deshechos. 


Tú dabas nombre a mi vida, 

dabas razón a mi existencia. 

Un Edén lleno de pecados originales.

Pureza primigenia. 

¿Qué queda después? La nada.

La nada más absoluta.


¿Fui Eva? ¿Fui Lilith?

¿Fui ingenua serpiente 

hambrienta de fruta nueva?

¿Fui tu costilla? ¿Fui madre

de dolores sin final? 

Cierro los ojos, y aún te me apareces

en el hermoso jardín que nos fue dado.

Hojas lustrosas, fuertes tallos, 

el brillo virgen de una manzana 

jamás probada.


Cierro los ojos, y la mujer que fui 

yace entre cenizas y llamas. 

En el centro de mi nido, 

jugan el dragón y el albatros. 

Vuela, vuela lejos, 

pájaro marino. 

Tus entrañas son 

fuego hecho carne. 

Lilith te guía en tu viaje. 

No se puede domar a un dragón. 

No se puede cazar un albatros. 

Solo se puede intentar entenderlos. 

Quizá en sus erráticos 

giros aéreos

regresen a su patria perdida. 

Una supernova supurante de luz. 








sábado, 8 de mayo de 2021

Picnic

 Siento un sol en mi pecho,  

electrizando mis entrañas.

Por primera vez, no me cuesta ser yo. 

Por primera vez, no me duele ser yo, 

y no tiño de surrealismo de mis poemas. 


Esta no es una estampa absurda. 

Esto no es Fernando Arrabal. 

No es denuncia política, ni crítica social, 

de ningún tipo. O quizá sí, porque lo personal 

también es político. De alguna forma


Es un boceto sencillo. 

Es una escala mayor, 

sin sostenidos, ni bemoles, 

ni arpegios apagados. 

Es la vida misma. 


No sé cómo no me di cuenta. 

Solamente había que unir los puntos. 

Cerrar los ojos, dejarse caer 

en unas manos amigas. 


Ningún ideal tiene valor, si para alcanzarlo se rompe la amistad. 


Láminas verdes, como vegetales copos de miel, 

rociados de luz, caen a mi alrededor. 

Mis mechones se enredan con la brisa. 

A veces es lícito mostrarse frágil. 


Sol fuera y sol dentro de mí.

Prima - vera: 

veo de verdad por vez primera.


Siento las dudas, y no me escuecen. 

La luz cura mis heridas. 

Las briznas de hierbas son un bálsamo

para mi alma. 


Y dos iris de vidrio tintado, 

¿qué miráis? 

Agua en calma. 

Paz en tiempos de pandemia. 

Una tregua. 


Instantes perfilados por la certeza, 

y no por la sed. 

Ajena a mí quedaron las ansias de algo eterno, 

algo etéreo, algo espiritual. 

Existe una rara identidad entre el espíritu y la carne.

Pero solo la ves tú. 


Tú, desconocido, 

tú, encontrado, 

tú, rosal de bondades sin nombre. 

Delicia de las yemas de mis dedos. 

Ensoñación jamás soñada. 

Camino por recorrer. 

Tinta de mi voz, llena de pétalos. 

Esencia revelada. 


No deseo la hipnosis, 

el relativo consuelo de los fármacos. 

Deseo vivir, con todas sus consecuencias. 


A veces, vivir es solamente, 

un picnic bajo un árbol en un parque cualquiera, 

con la luz del sol dorándonos las pestañas. 











domingo, 18 de abril de 2021

Entre dos lunas

Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
(Antonio Machado, Españolito)





Una no debe olvidar nunca sus raíces 
ni perderlas. 
Se habla mucho de ello estos días, 
en este raro siglo, 
en esta década extraña. 

¿Cómo puede una perder algo que nunca tuvo? 


Campos de Castilla me acogen. 
Huertos de naranjos me miman. 
Caminos salpicados de retama 
me mecen entre los pétalos 
de un diente de león. 

Migrar. Emigrar. Inmigrar. 
En mi cómoda clase turista 
no siento en peligro mi vida. 
No soporto las inclemencias del mar.
No vivo si la bonanza del clima lo permite. 
Como tantos, tantos, tantos otros. 
A los que nosotros, insolidarios, 
inhumanos, miserables, 
les volvemos la espalda. 

Voces enlatadas 
Transporto mi vida entera
en cuatro ruedas
y un arcón de plástico. 
Nadie ríe, nadie llora. 
Nadie ofrece una mano amiga. 
Inhumanidad pura. 
Verdadera misericordia 
en la Puerta de Atocha: todos 
somos pobres, avaros, de corazón. 

Y así se pasan los años 
cruzando una península, 
desde las altas cordilleras 
hasta la orilla. 
Donde nací. 

Allí, allí naciste, no lo olvides. 
Mala patriota. 
Olvidáis, olvidáis todos, 
que los últimos patriotas 
murieron hace casi cien años. 
Algunos, falsos guías, 
se construyeron un mausoleo. 
Otros, poetas malditos, 
crían malvas en las cunetas. 
¿Quién, en su sano juicio, 
sería capaz de cualquier 
noble sentimiento, 
idealismo veraz, 
en este raro siglo, 
esta extraña década?

Pero la luna, ¡ah, la luna!
La luna es la misma en todas partes.
Huela a musgo y roca, 
o a azahar y limón. 
Se deshaga en escarcha 
o en espuma de mar. 

Así pues, si una de las dos lunas 
habrá de congelarme el alma, 
si habré de elegir muerte 
por garrote vil o por metralla, 
elijo no elegir. 

Sobrevuelo ahora 
murallas, montañas nevadas, 
raíles, vagones, 
cansados sombreros, 
muecas de cansancio, 
vibrantes sabores 
mediterráneos. 
Puestos a elegir, 
como en un juego, 
elijo una luna 
que también sea aceituna. 


Glosa posmoderna a Le Chat, de Charles Baudelaire

Viens, mon beau chat, sur mon coeur amoureux;
Retiens les griffes de ta patte,

Et laisse-moi plonger dans tes beaux yeux,

Mêlés de métal et d'agate.


Yo no soy una verdadera poeta

–síndrome de la impostora, lo llaman–.

Yo no soy la proclamadora de la modernidad poética. 

No compongo himnos épicos ni duraderos, 

ni agradables canciones, ni soberbios cuadros. 

Yo no sé ni lo que hago. 

Por eso, cuando me asomo a esta verja ajena, 

y sigilosamente, me acerco, 

el gato blanquinegro rehúye mi contacto. 

Sí atisbo, no obstante,

un instante sucio del verde vidrio de sus ojos. 

Pura supervivencia felina. 


Lorsque mes doigts caressent à loisir
Ta tête et ton dos élastique,
Et que ma main s'enivre du plaisir
De palper ton corps électrique,

"Si es salvaje, no se dejará acariciar" – escucho a mi lado. 

¿Qué significa "domesticar"? 

¿Es un eufemismo especista para "domar"?

¿Por qué nace en mí ese supremacista instinto 

de tocar a este ser sin su consentimiento? 

El gato no ha solicitado mis caricias, 

ni mi cariño, ni mi lástima, ni mi conmiseración. 

¿Qué significa ser "salvaje"? ¿Por qué demonizamos 

todo aquello que no comprendemos, que no podemos

subyugar a nuestro dictado, todo aquello que difiere?

Deseo sentir su pelaje apanterado, su lomo 

de tigre en miniatura –otra vez, lo he tratado como 

un juguete, como una mascota–. 

No puedo hacerlo. No debo hacerlo. 

No va a permitirlo, ni debe. 


Je vois ma femme en esprit. Son regard,
Comme le tien, aimable bête
Profond et froid, coupe et fend comme un dard,

Et, des pieds jusques à la tête,
Un air subtil, un dangereux parfum
Nagent autour de son corps brun.

No sé cuál ese peligroso aroma que exhalas 

No sé por qué tú, y una mujer negra, sois bestias 

La humanización de la bestia, la bestialización del humano

La antropologización de todo 

Una mirada tan seductora como terrible 

compartes con la exótica amante del poeta francés. 

Yo no soy un gato. Yo no soy una flor. 

Yo no soy una bestia. Me niego a ser o ángel, o demonio.  

O santa, o puta; Nazaret, o Magdala. 

Sin antropología no existe la metáfora 

Sin posicionamiento no existe el poema 

Ningún texto, ninguna intervención, 

ninguna voz, ningún guiño

puede ser neutral. 


Así que esta glosa no era posmoderna después de todo. 

Y entonces, ¿qué es lo que acabo de escribir? 


Siempre que escribo, pensando que voy a encontrar respuestas, 

ellas afloran y se disfrazan, se marchan esquivas. 

Como un gato. En forma de signo de interrogación. 


lunes, 5 de abril de 2021

¿Vivo o muerto?





 




Como La novia cadáver con sus mejores galas 

O un putrefacto monstruo de Frankenstein 

Se erige junto a la orilla de la playa, 

nunca derribado, nunca reformado, 

nunca destruido, nunca estrenado, 

un monumento al despilfarro. 


Cubierto de telarañas de alambre, 

tatuado de grafitis, 

desprovisto de un antiguo esplendor 

que todos hemos olvidado. 

Fue un hotel, según me han dicho

Ahora es un souvenir barato 

Una foto simpática 

Refugio de gatos y borrachos 


Un gato, concretamente, me trae a la memoria

este triste edificio moribundo. 

Su alma en pena me recuerda

a la de un felino interrogante, 

de un experimento impronunciable. 


Vive, y muere a la vez. 

Permanece por toda la eternidad 

en ese doloroso, monstruoso 

estadio intermedio. 

Nadie comprende su dolor. 

Nadie lo oye llorar, añorando su pasada gloria. 

Su cemento baila sobre arenas movedizas, 

sostenidas tan solo por el agua y la sal. 


Y una triste, patética metáfora, 

se me aparece, repentina. 

Sombra de lo que fuimos, 

emblema de una España perdida, 

enferma de hormigón y ladrillo. 

Fiebres constructoras, 

hiperurbanas. España vacía. 


Eco de lo que alguna vez que me contaron. 

Una época en que la tierra 

manaba leche y miel. 

Una época salvaje disfrazada de sol

con faldas de neón.


Sombra de lo que fuimos. 

Hotel desdichado. 


Ojalá alguien ponga pronto 

fin 

a tu sufrimiento. 




miércoles, 17 de marzo de 2021

Decoración proletaria

El sentido trágico de la vida española 

sólo puede darse con una estética 

sistemáticamente deformada 

-  Luces de Bohemia


España es muy diferente, 

tremendamente diferente.

España es el único país del mundo

en que un instrumento de tortura inquisitorial 

podría exhibirse en un museo, 

y algún espectador lamentaría 

que hubiera dejado de usarse. 


En España se siguen quemando brujas

todos los días. Solo que el fuego 

se ha transformado en palabras, 

la pira es un telediario, 

o el perfil de una red social, 

y las condenadas en cuestión

podemos ser tú, yo, cualquiera. 

Antes o después, 

todos arderemos en el tribunal de la opinión pública.

Juicio Final actualizado. 


España solo se refleja convenientemente 

en un espejo cóncavo de un callejón 

de cuyo nombre no quiero acordarme. 


España está  en el culo de la botella. 

En la última gota  del tinto de Hacendado.


España se arrodilla ante todo el que la doblega

y encima, le da las gracias por haberlo hecho. 


La esencia española, su barbarie, su sinsentido, 

su invariable prosaísmo tragicómico, 

residen en un arado antiguo, 

como del siglo pasado, 

que unos burgueses exhiben en el jardín de su mansión. 

El instrumento de la opresión obrera queda así reducido

a una maceta más. Es otro árbol, otro simpático 

gnomo de cerámica, un inofensivo elemento decorativo.

Que desprende, sin embargo, para los que oyen y huelen, 

un pestilente olor a hipocresía, 

y un grito de espanto que recorre siglos y milenios. 


Pero la señora de la casa, esa misma tarde, 

asistirá como todas las demás 

a la sucesión de telenovelas vespertinas

que imposibilitan en ella toda crítica de esta clase. 

La familia intercambiará, feliz, conversaciones banales,

a la hora de comer, sobre el hule pulido, 

con el eco anodino de las voces televisivas de fondo,

para que no se sientan culpables, ni solos, 

sino una familia como todas las demás. 


Una observadora sagaz sabe, sin embargo, 

que ese espacio, ese entorno, esa gente, 

rezuma privilegio y mediocridad. 

Pero no lo dice, reprime ese impulso, 

guarda todo el silencio del que se sabe capaz. 

¿Para qué turbar esa relativa paz hogareña? 


Teatro de enanos que juegan 

en sus pequeñas tragedias.

Dramas clásicos de toda la vida. 

Nadie percibe la incongruencia, 

la esencial contradicción, 

que se desprende del arado 

sobre el jardín versallesco, 

como si de una Venus se tratara. 


Una observadora tímida

siente la sangre, roja, latir en sus venas. 

Así que apalea el arado

hasta hacerlo astillas. 




lunes, 15 de marzo de 2021

A ras de suelo

 "Mala hierba nunca muere" dicho popular español


Hoy he conocido 

después de mucho tiempo 

el quehacer afanoso de la colonia de hormigas

privada de su alimento. 


Solo tenía que bajar la mirada

sacar los pájaros de mi cabeza 

dejar las nubes por el suelo 

escuchar el rabioso zumbido de la abeja. 


Era tan sencillo 

Era tan obvio 

que me da risa de pensarlo. 


El primitivo aroma de la tierra 

sensual, materno, intenso. 

La música del viento entre las hojas secas. 

Los equilibrismos de la oruga. 

 portentosa trapecista 

Las protestas de la araña

—habilidosa tejedora en paro —.


Tierra húmeda y fértil. 

Y tierra seca, alejada de la vida. 

Hojas verdes, rebosantes de savia. 

De sabiduría. 

Hojas de hierba


No podemos exigir el respeto a la naturaleza,

porque ella solo se respeta a sí misma, 

a su propia ley de supervivencia. 


¿Es cruel que un insecto devore a otro?

¿Que una camada muera por falta de alimento?

¿Que las malas hierbas consuman a un árbol centenario,

bebiendo toda su energía?

La naturaleza no se lo plantea

La naturaleza solo sobrevive


Nace, crece, se reproduce, muere 

Y vuelta a empezar


Esto lo descubrí a la sombra de un ciprés

Una mañana cualquiera de un día cualquiera

En que las abejas zumbaban, las lombrices 

serpenteaban, los caracoles se desperezaban, 

las hormigas cavaban, y la mala hierba crecía. 


Porque la hierba no es buena, ni mala. 

Y nunca dejará de crecer 

por más que nosotros nos empeñemos 

en exterminarla. 





domingo, 7 de marzo de 2021

Quebranto en cuatro episodios con sus estásimos

 FRONTERA I 

El mar, más antiguo que el mundo

Un enorme cúmulo de ilusiones sin cumplir

Deseos profanados a expuertas 

Una norma en bloque que nunca debió imponerse


La sal cura las heridas

La sal, y el cocido caliente

Un hogar nunca encontrado, nunca perdido, nunca escrito

La tierra cayendo desde el cielo 

y el sabor a gránulos en la boca

¿Gránulos, de qué?


Desolación absoluta. Tierra quemada 

regada por tierra aún más ardiente. 

Los entresijos del deseo ya no me importan 

Me lanzo al abismo del ciprés. 


Cripta de laberintos 

¿Dónde estás? ¿Dónde estoy? 

¿Dónde estamos?

He olvidado todos los nombres 

El mundo recién nacido es un llanto lleno de posibilidades

y yo solo existo en el grafito 


FRONTERA II 

Si no existen los límites, 

este aforismo no tiene ningún sentido. 


FRAGMENTO I 

Huida desde un espejo quebrado hacia ninguna parte. 

A veces es cóncavo, a veces es convexo. 

En el alma es inútil la goma de borrar. 

Borramos para olvidar, olvidamos que borramos, borramos de nuevo. 

Esto es una sinfonía en cuatro y solo cuatro piezas incompletas 

Si rasgas más su salas, el vidrio se hará seda, y luego esparto. 

Quedó una única flor a medio hacer.


FRAGMENTO II 

La lágrima que cayó sobre la arena 

provocó una reacción químico-metafísica. 

La arena adquirió conciencia y siguió llorando, 

y lloró tanto, que lloró un mar. 

El mar. 


FRONTERA III 

Deme usted un manuscrito 

que yo le traeré un universo. 

Aunque no pueda, aunque no sepa, 

aunque no recuerde cómo hacerlo. 

Génesis de amor a partir de las yemas de unos dedos. 

¿Sabría usted reconstruir?


Pasos sobre deconstrucción a la deriva. 

No confíes en ellos. Si lo haces, es cuando desaparecen. 

Naturaleza muerta del espejismo de una bola de cristal. 

¿Qué es? ¿Qué soy?


Un borrón de recuerdos. 


FRAGMENTO III 

Tristesse. Tristesse. Tristesse. 

No puedo tragar sin un poco de miel en los labios. 

Jeunesse. Jeunesse. Jeunesse. 

La realidad son reflejos que se repiten de un puente en ruinas. 

¿Supe algo alguna vez?


FRONTERA IV 

Vida cuadrilátera. Naranja cúbica. 

La respuesta a todo es la naranja.

Solo la naranja soluciona el problema. 

La x de esta ecuación que nadie ha imaginado 

todavía es la naranja. 

Si usted olvida algo alguna vez, 

piense en la naranja. 

La cuarta frontera existe, en tanto 

que existe la naranja. 

Vida por para sin según sobre tras la naranja. 

Una naranja entera. 


FRAGMENTO IV 

El fragmento IV se ha perdido. Hágalo usted mismo. 

Recuerde que la poesía es un arma cargada de futuro.