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viernes, 10 de diciembre de 2021
Astronomía básica: historia en tres actos inspirada por una canción popular
miércoles, 1 de septiembre de 2021
Home, interrupted (reboot de la película de 1999)
donde se nos ha detenido el tiempo
a las seis y veintisiete (nunca sabremos
si de la tarde o de la mañana).
Aquí no hay trapos sucios
porque no los enseñamos.
Esta es su casa de ensueño
y así se la vendemos.
Aquí vivimos
en instantáneas y vídeos.
No rigen las leyes físicas
del espacio y del tiempo.
Usted contemplará
flamantes gemelos bronceados
rebozarse en la piscina.
Aquí siempre hace sol,
aquí solamente hay risas.
Nadie graba
los cuartos abarrotados,
polvorientos, porque no cuadran
con la imagen del programa.
No van con nuestra filosofía.
Necesitan una capa de esmalte.
Brillante y rojo.
El monstruo que gruñe
en las entrañas del tiempo.
Ese monstruo
tiene hambre.
Está escondido, y está solo.
Detesta los focos,
y los relojes sin pilas.
Tiene la piel blanca
llena de grietas,
y los ojos negros
llenos de dolor.
¿Quién será el que libere al monstruo
de ese hogar interrumpido?
Volveremos después de la publicidad.
jueves, 27 de mayo de 2021
Ruptura
Rotura. Pedazos de mí, flotando
en el espacio sideral.
Jamás degusté lágrimas tan amargas.
Fuiste el sol de un agujero negro
que había olvidado que fue supernova.
Retales en sepia, y a todo color.
No sé cuáles son los verdaderos.
Encontrar la verdad entre tanto dolor
es mi décimo tercero trabajo.
Una aguja inmaterial
en un pajar de sueños deshechos.
Tú dabas nombre a mi vida,
dabas razón a mi existencia.
Un Edén lleno de pecados originales.
Pureza primigenia.
¿Qué queda después? La nada.
La nada más absoluta.
¿Fui Eva? ¿Fui Lilith?
¿Fui ingenua serpiente
hambrienta de fruta nueva?
¿Fui tu costilla? ¿Fui madre
de dolores sin final?
Cierro los ojos, y aún te me apareces
en el hermoso jardín que nos fue dado.
Hojas lustrosas, fuertes tallos,
el brillo virgen de una manzana
jamás probada.
Cierro los ojos, y la mujer que fui
yace entre cenizas y llamas.
En el centro de mi nido,
jugan el dragón y el albatros.
Vuela, vuela lejos,
pájaro marino.
Tus entrañas son
fuego hecho carne.
Lilith te guía en tu viaje.
No se puede domar a un dragón.
No se puede cazar un albatros.
Solo se puede intentar entenderlos.
Quizá en sus erráticos
giros aéreos
regresen a su patria perdida.
Una supernova supurante de luz.
sábado, 8 de mayo de 2021
Picnic
Siento un sol en mi pecho,
electrizando mis entrañas.
Por primera vez, no me cuesta ser yo.
Por primera vez, no me duele ser yo,
y no tiño de surrealismo de mis poemas.
Esta no es una estampa absurda.
Esto no es Fernando Arrabal.
No es denuncia política, ni crítica social,
de ningún tipo. O quizá sí, porque lo personal
también es político. De alguna forma
Es un boceto sencillo.
Es una escala mayor,
sin sostenidos, ni bemoles,
ni arpegios apagados.
Es la vida misma.
No sé cómo no me di cuenta.
Solamente había que unir los puntos.
Cerrar los ojos, dejarse caer
en unas manos amigas.
Ningún ideal tiene valor, si para alcanzarlo se rompe la amistad.
Láminas verdes, como vegetales copos de miel,
rociados de luz, caen a mi alrededor.
Mis mechones se enredan con la brisa.
A veces es lícito mostrarse frágil.
Sol fuera y sol dentro de mí.
Prima - vera:
veo de verdad por vez primera.
Siento las dudas, y no me escuecen.
La luz cura mis heridas.
Las briznas de hierbas son un bálsamo
para mi alma.
Y dos iris de vidrio tintado,
¿qué miráis?
Agua en calma.
Paz en tiempos de pandemia.
Una tregua.
Instantes perfilados por la certeza,
y no por la sed.
Ajena a mí quedaron las ansias de algo eterno,
algo etéreo, algo espiritual.
Existe una rara identidad entre el espíritu y la carne.
Pero solo la ves tú.
Tú, desconocido,
tú, encontrado,
tú, rosal de bondades sin nombre.
Delicia de las yemas de mis dedos.
Ensoñación jamás soñada.
Camino por recorrer.
Tinta de mi voz, llena de pétalos.
Esencia revelada.
No deseo la hipnosis,
el relativo consuelo de los fármacos.
Deseo vivir, con todas sus consecuencias.
A veces, vivir es solamente,
un picnic bajo un árbol en un parque cualquiera,
con la luz del sol dorándonos las pestañas.
domingo, 18 de abril de 2021
Entre dos lunas
Españolito que vienesal mundo te guarde Dios.una de las dos Españasha de helarte el corazón.(Antonio Machado, Españolito)
Una no debe olvidar nunca sus raíces ni perderlas. Se habla mucho de ello estos días, en este raro siglo, en esta década extraña.
¿Cómo puede una perder algo que nunca tuvo?
Campos de Castilla me acogen. Huertos de naranjos me miman. Caminos salpicados de retama me mecen entre los pétalos de un diente de león.
Migrar. Emigrar. Inmigrar. En mi cómoda clase turista no siento en peligro mi vida. No soporto las inclemencias del mar.No vivo si la bonanza del clima lo permite. Como tantos, tantos, tantos otros. A los que nosotros, insolidarios, inhumanos, miserables, les volvemos la espalda.
Voces enlatadas Transporto mi vida enteraen cuatro ruedasy un arcón de plástico. Nadie ríe, nadie llora. Nadie ofrece una mano amiga. Inhumanidad pura. Verdadera misericordia en la Puerta de Atocha: todos somos pobres, avaros, de corazón.
Y así se pasan los años cruzando una península, desde las altas cordilleras hasta la orilla. Donde nací.
Allí, allí naciste, no lo olvides. Mala patriota. Olvidáis, olvidáis todos, que los últimos patriotas murieron hace casi cien años. Algunos, falsos guías, se construyeron un mausoleo. Otros, poetas malditos, crían malvas en las cunetas. ¿Quién, en su sano juicio, sería capaz de cualquier noble sentimiento, idealismo veraz, en este raro siglo, esta extraña década?
Pero la luna, ¡ah, la luna!La luna es la misma en todas partes.Huela a musgo y roca, o a azahar y limón. Se deshaga en escarcha o en espuma de mar.
Así pues, si una de las dos lunas habrá de congelarme el alma, si habré de elegir muerte por garrote vil o por metralla, elijo no elegir.
Sobrevuelo ahora murallas, montañas nevadas, raíles, vagones, cansados sombreros, muecas de cansancio, vibrantes sabores mediterráneos. Puestos a elegir, como en un juego, elijo una luna que también sea aceituna.
Glosa posmoderna a Le Chat, de Charles Baudelaire
Viens, mon beau chat, sur mon coeur amoureux;
Retiens les griffes de ta patte,
Mêlés de métal et d'agate.
Yo no soy una verdadera poeta
–síndrome de la impostora, lo llaman–.
Yo no soy la proclamadora de la modernidad poética.
No compongo himnos épicos ni duraderos,
ni agradables canciones, ni soberbios cuadros.
Yo no sé ni lo que hago.
Por eso, cuando me asomo a esta verja ajena,
y sigilosamente, me acerco,
el gato blanquinegro rehúye mi contacto.
Sí atisbo, no obstante,
un instante sucio del verde vidrio de sus ojos.
Pura supervivencia felina.
Lorsque mes doigts caressent à loisir
Ta tête et ton dos élastique,
Et que ma main s'enivre du plaisir
De palper ton corps électrique,
"Si es salvaje, no se dejará acariciar" – escucho a mi lado.
¿Qué significa "domesticar"?
¿Es un eufemismo especista para "domar"?
¿Por qué nace en mí ese supremacista instinto
de tocar a este ser sin su consentimiento?
El gato no ha solicitado mis caricias,
ni mi cariño, ni mi lástima, ni mi conmiseración.
¿Qué significa ser "salvaje"? ¿Por qué demonizamos
todo aquello que no comprendemos, que no podemos
subyugar a nuestro dictado, todo aquello que difiere?
Deseo sentir su pelaje apanterado, su lomo
de tigre en miniatura –otra vez, lo he tratado como
un juguete, como una mascota–.
No puedo hacerlo. No debo hacerlo.
No va a permitirlo, ni debe.
Je vois ma femme en esprit. Son regard,
Comme le tien, aimable bête
Profond et froid, coupe et fend comme un dard,
Et, des pieds jusques à la tête,
Un air subtil, un dangereux parfum
Nagent autour de son corps brun.
No sé cuál ese peligroso aroma que exhalas
No sé por qué tú, y una mujer negra, sois bestias
La humanización de la bestia, la bestialización del humano
La antropologización de todo
Una mirada tan seductora como terrible
compartes con la exótica amante del poeta francés.
Yo no soy un gato. Yo no soy una flor.
Yo no soy una bestia. Me niego a ser o ángel, o demonio.
O santa, o puta; Nazaret, o Magdala.
Sin antropología no existe la metáfora
Sin posicionamiento no existe el poema
Ningún texto, ninguna intervención,
ninguna voz, ningún guiño
puede ser neutral.
Así que esta glosa no era posmoderna después de todo.
Y entonces, ¿qué es lo que acabo de escribir?
Siempre que escribo, pensando que voy a encontrar respuestas,
ellas afloran y se disfrazan, se marchan esquivas.
Como un gato. En forma de signo de interrogación.
lunes, 5 de abril de 2021
¿Vivo o muerto?
Como La novia cadáver con sus mejores galas
O un putrefacto monstruo de Frankenstein
Se erige junto a la orilla de la playa,
nunca derribado, nunca reformado,
nunca destruido, nunca estrenado,
un monumento al despilfarro.
Cubierto de telarañas de alambre,
tatuado de grafitis,
desprovisto de un antiguo esplendor
que todos hemos olvidado.
Fue un hotel, según me han dicho
Ahora es un souvenir barato
Una foto simpática
Refugio de gatos y borrachos
Un gato, concretamente, me trae a la memoria
este triste edificio moribundo.
Su alma en pena me recuerda
a la de un felino interrogante,
de un experimento impronunciable.
Vive, y muere a la vez.
Permanece por toda la eternidad
en ese doloroso, monstruoso
estadio intermedio.
Nadie comprende su dolor.
Nadie lo oye llorar, añorando su pasada gloria.
Su cemento baila sobre arenas movedizas,
sostenidas tan solo por el agua y la sal.
Y una triste, patética metáfora,
se me aparece, repentina.
Sombra de lo que fuimos,
emblema de una España perdida,
enferma de hormigón y ladrillo.
Fiebres constructoras,
hiperurbanas. España vacía.
Eco de lo que alguna vez que me contaron.
Una época en que la tierra
manaba leche y miel.
Una época salvaje disfrazada de sol
con faldas de neón.
Sombra de lo que fuimos.
Hotel desdichado.
Ojalá alguien ponga pronto
fin
a tu sufrimiento.
miércoles, 17 de marzo de 2021
Decoración proletaria
El sentido trágico de la vida española
sólo puede darse con una estética
sistemáticamente deformada
- Luces de Bohemia
España es muy diferente,
tremendamente diferente.
España es el único país del mundo
en que un instrumento de tortura inquisitorial
podría exhibirse en un museo,
y algún espectador lamentaría
que hubiera dejado de usarse.
En España se siguen quemando brujas
todos los días. Solo que el fuego
se ha transformado en palabras,
la pira es un telediario,
o el perfil de una red social,
y las condenadas en cuestión
podemos ser tú, yo, cualquiera.
Antes o después,
todos arderemos en el tribunal de la opinión pública.
Juicio Final actualizado.
España solo se refleja convenientemente
en un espejo cóncavo de un callejón
de cuyo nombre no quiero acordarme.
España está en el culo de la botella.
En la última gota del tinto de Hacendado.
España se arrodilla ante todo el que la doblega
y encima, le da las gracias por haberlo hecho.
La esencia española, su barbarie, su sinsentido,
su invariable prosaísmo tragicómico,
residen en un arado antiguo,
como del siglo pasado,
que unos burgueses exhiben en el jardín de su mansión.
El instrumento de la opresión obrera queda así reducido
a una maceta más. Es otro árbol, otro simpático
gnomo de cerámica, un inofensivo elemento decorativo.
Que desprende, sin embargo, para los que oyen y huelen,
un pestilente olor a hipocresía,
y un grito de espanto que recorre siglos y milenios.
Pero la señora de la casa, esa misma tarde,
asistirá como todas las demás
a la sucesión de telenovelas vespertinas
que imposibilitan en ella toda crítica de esta clase.
La familia intercambiará, feliz, conversaciones banales,
a la hora de comer, sobre el hule pulido,
con el eco anodino de las voces televisivas de fondo,
para que no se sientan culpables, ni solos,
sino una familia como todas las demás.
Una observadora sagaz sabe, sin embargo,
que ese espacio, ese entorno, esa gente,
rezuma privilegio y mediocridad.
Pero no lo dice, reprime ese impulso,
guarda todo el silencio del que se sabe capaz.
¿Para qué turbar esa relativa paz hogareña?
Teatro de enanos que juegan
en sus pequeñas tragedias.
Dramas clásicos de toda la vida.
Nadie percibe la incongruencia,
la esencial contradicción,
que se desprende del arado
sobre el jardín versallesco,
como si de una Venus se tratara.
Una observadora tímida
siente la sangre, roja, latir en sus venas.
Así que apalea el arado
hasta hacerlo astillas.
lunes, 15 de marzo de 2021
A ras de suelo
"Mala hierba nunca muere" —dicho popular español
Hoy he conocido
después de mucho tiempo
el quehacer afanoso de la colonia de hormigas
privada de su alimento.
Solo tenía que bajar la mirada
sacar los pájaros de mi cabeza
dejar las nubes por el suelo
escuchar el rabioso zumbido de la abeja.
Era tan sencillo
Era tan obvio
que me da risa de pensarlo.
El primitivo aroma de la tierra
sensual, materno, intenso.
La música del viento entre las hojas secas.
Los equilibrismos de la oruga.
— portentosa trapecista —
Las protestas de la araña
—habilidosa tejedora en paro —.
Tierra húmeda y fértil.
Y tierra seca, alejada de la vida.
Hojas verdes, rebosantes de savia.
De sabiduría.
Hojas de hierba.
No podemos exigir el respeto a la naturaleza,
porque ella solo se respeta a sí misma,
a su propia ley de supervivencia.
¿Es cruel que un insecto devore a otro?
¿Que una camada muera por falta de alimento?
¿Que las malas hierbas consuman a un árbol centenario,
bebiendo toda su energía?
La naturaleza no se lo plantea
La naturaleza solo sobrevive
Nace, crece, se reproduce, muere
Y vuelta a empezar
Esto lo descubrí a la sombra de un ciprés
Una mañana cualquiera de un día cualquiera
En que las abejas zumbaban, las lombrices
serpenteaban, los caracoles se desperezaban,
las hormigas cavaban, y la mala hierba crecía.
Porque la hierba no es buena, ni mala.
Y nunca dejará de crecer
por más que nosotros nos empeñemos
en exterminarla.
domingo, 7 de marzo de 2021
Quebranto en cuatro episodios con sus estásimos
FRONTERA I
El mar, más antiguo que el mundo
Un enorme cúmulo de ilusiones sin cumplir
Deseos profanados a expuertas
Una norma en bloque que nunca debió imponerse
La sal cura las heridas
La sal, y el cocido caliente
Un hogar nunca encontrado, nunca perdido, nunca escrito
La tierra cayendo desde el cielo
y el sabor a gránulos en la boca
¿Gránulos, de qué?
Desolación absoluta. Tierra quemada
regada por tierra aún más ardiente.
Los entresijos del deseo ya no me importan
Me lanzo al abismo del ciprés.
Cripta de laberintos
¿Dónde estás? ¿Dónde estoy?
¿Dónde estamos?
He olvidado todos los nombres
El mundo recién nacido es un llanto lleno de posibilidades
y yo solo existo en el grafito
FRONTERA II
Si no existen los límites,
este aforismo no tiene ningún sentido.
FRAGMENTO I
Huida desde un espejo quebrado hacia ninguna parte.
A veces es cóncavo, a veces es convexo.
En el alma es inútil la goma de borrar.
Borramos para olvidar, olvidamos que borramos, borramos de nuevo.
Esto es una sinfonía en cuatro y solo cuatro piezas incompletas
Si rasgas más su salas, el vidrio se hará seda, y luego esparto.
Quedó una única flor a medio hacer.
FRAGMENTO II
La lágrima que cayó sobre la arena
provocó una reacción químico-metafísica.
La arena adquirió conciencia y siguió llorando,
y lloró tanto, que lloró un mar.
El mar.
FRONTERA III
Deme usted un manuscrito
que yo le traeré un universo.
Aunque no pueda, aunque no sepa,
aunque no recuerde cómo hacerlo.
Génesis de amor a partir de las yemas de unos dedos.
¿Sabría usted reconstruir?
Pasos sobre deconstrucción a la deriva.
No confíes en ellos. Si lo haces, es cuando desaparecen.
Naturaleza muerta del espejismo de una bola de cristal.
¿Qué es? ¿Qué soy?
Un borrón de recuerdos.
FRAGMENTO III
Tristesse. Tristesse. Tristesse.
No puedo tragar sin un poco de miel en los labios.
Jeunesse. Jeunesse. Jeunesse.
La realidad son reflejos que se repiten de un puente en ruinas.
¿Supe algo alguna vez?
FRONTERA IV
Vida cuadrilátera. Naranja cúbica.
La respuesta a todo es la naranja.
Solo la naranja soluciona el problema.
La x de esta ecuación que nadie ha imaginado
todavía es la naranja.
Si usted olvida algo alguna vez,
piense en la naranja.
La cuarta frontera existe, en tanto
que existe la naranja.
Vida por para sin según sobre tras la naranja.
Una naranja entera.
FRAGMENTO IV
El fragmento IV se ha perdido. Hágalo usted mismo.
Recuerde que la poesía es un arma cargada de futuro.