Como lo leen, amigos: el circo más exitoso de los últimos tiempos ha sido clausurado tras el escándalo ígneo del pasado viernes. Su director, Casey Júnior, que ya había sido demandado por Greenpeace en más de una ocasión, ha declarado hoy en una rueda de prensa que el catering del circo había estado condimentando los alimentos con sustancias alucinógenas y jabón, y que esta había sido la causa última del incidente. Sin embargo, la policía prefiere desconfiar de la veracidad de estas afirmaciones hasta que se demuestren con pruebas: tengamos en cuenta que este mismo hombre ha alegado tener brotes sicóticos ante los tribunales, durante los cuales dice presenciar una danza de elefantes rosados y translúcidos.
Un equipo forense ha acompañado hoy al cuerpo de bomberos para realizar el último examen del incendio. Siguen sin hallar más víctimas mortales (aparte del joven disfrazado de payaso que encontraron el primer día), lo cual es una buenísima noticia. No obstante, sí han notificado descubrir, bajo los escombros del edificio de cartón piedra, una cría de elefante chamuscada, con las orejas anormalmente grandes, y una pluma de cuervo sobre su cabeza. A su lado, los restos de lo que parece ser un roedor pequeño, que también ha padecido los efectos del fuego.
Tendremos que esperar a que pase el juicio y se emita un veredicto para saber si volveremos a disfrutar del Casey Jr. y sus fabulosos castillos paquidérmicos.
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