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lunes, 15 de marzo de 2021

A ras de suelo

 "Mala hierba nunca muere" dicho popular español


Hoy he conocido 

después de mucho tiempo 

el quehacer afanoso de la colonia de hormigas

privada de su alimento. 


Solo tenía que bajar la mirada

sacar los pájaros de mi cabeza 

dejar las nubes por el suelo 

escuchar el rabioso zumbido de la abeja. 


Era tan sencillo 

Era tan obvio 

que me da risa de pensarlo. 


El primitivo aroma de la tierra 

sensual, materno, intenso. 

La música del viento entre las hojas secas. 

Los equilibrismos de la oruga. 

 portentosa trapecista 

Las protestas de la araña

—habilidosa tejedora en paro —.


Tierra húmeda y fértil. 

Y tierra seca, alejada de la vida. 

Hojas verdes, rebosantes de savia. 

De sabiduría. 

Hojas de hierba


No podemos exigir el respeto a la naturaleza,

porque ella solo se respeta a sí misma, 

a su propia ley de supervivencia. 


¿Es cruel que un insecto devore a otro?

¿Que una camada muera por falta de alimento?

¿Que las malas hierbas consuman a un árbol centenario,

bebiendo toda su energía?

La naturaleza no se lo plantea

La naturaleza solo sobrevive


Nace, crece, se reproduce, muere 

Y vuelta a empezar


Esto lo descubrí a la sombra de un ciprés

Una mañana cualquiera de un día cualquiera

En que las abejas zumbaban, las lombrices 

serpenteaban, los caracoles se desperezaban, 

las hormigas cavaban, y la mala hierba crecía. 


Porque la hierba no es buena, ni mala. 

Y nunca dejará de crecer 

por más que nosotros nos empeñemos 

en exterminarla. 





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